LA TUNITA

PARQUE

RESERVA ARQUEOLOGICA

Un lugar magico para conocer en ancasti, catamarca

El Parque Arqueológico Provincial La Tunita se encuentra en la ladera oriental de la Sierra de Ancasti, próximo a los pueblos de Santa
Gertrudis y Potrero de los Córdoba, en el corazón de la cuenca Ipizca-Icaño, provincia de Catamarca, Noroeste ArgentinoEstas
poblaciones se caracterizan por un modo de vida basado en el pastoreo de ganado a partir de pequeños puestos escondidos en la
escabrosa topografía de la zona.

El arte rupestre de La Tunita se integra al paisaje de estas comunidades serranas siendo actor y a la vez contexto de sus prácticas
cotidianas.

Sobresale a nivel regional por su simbolismo, colorido, dimensiones y abundancia, cobrando relevancia las grandes pictografías
antropomorfas y antropofelínicas asignadas a la cultura de La Aguada (ca. 600-1100 d.C.,) Su cercanía a viviendas, morteros comunales y
estructuras agrícolas, manifiestan una ritualidad que parece impregnar todas las facetas de la vida de estas sociedades. Estas
pictografías permitieron expresar ideas, trasmitir mensajes, comunicarse con otros seres, rememorar sucesos y sacralizar rocas y
lugares del bosque


Al lugar también se lo conoce como “Casas de Piedra” porque fue transitado por antiguos pobladores con su ganado, en arreos o
cargando comida o mercadería hacia la localidad de Icaño.

Su huella todavía serpentea el bosque de cebiles y quebrachos, entre las rocas con las pinturas prehispánicas.

Los arqueólogos denominan a los pueblos que vivieron en estas regiones y que compartieron rasgos simbólicos y estéticos en su arte
rupestre y alfarero como de “La Aguada”.

Escondidos en el bosque, los antiguos habitantes tuvieron innumerables terrazas de cultivo, donde se hallaron morteros comunales y
cimientos de piedra de antiguas construcciones que se supone fueron sus viviendas.

Allí realizaban sus piezas cerámicas y de metal, con una extraordinaria calidad técnica y estética.

Para estas personas no había una división tajante entre el mundo natural y el mundo humano, porque la Tierra es compartida por todos
los seres, solo que cada uno “viste” diferentes “ropas”.

Había poderosos chamanes QUE Eran médicos-sacerdotes que podían dialogar con jaguares, cóndores, serpientes o piedras, para
encontrar el equilibrio entre los mundos, Incluso, podían transformarse en ellos y negociar con los señores de los animales, los
pastores de la fauna silvestre. De esa negociación dependía la buena relación entre humanos, animales y dioses, para que la reproducción
de la vida continuara. En sus ceremonias usaban el cebil. Este árbol era sagrado para ellos y usaban sus semillas en ceremonias dados
sus efectos psicoactivos. Esto se “lee” en sus pinturas rupestres.